El profesor de preescolar
y primaria frente a la literatura para niños: Una reflexión
Martha Fajardo Valbuena
Como
lo expone en su texto Martha Fajardo e incluso desde mi experiencia como
docente de básica primaria, la escuela es más que el recinto donde se aprende a
leer y escribir, también se forma para la vida y la sociedad a partir de esas
habilidades y destrezas que desde la escuela logramos potenciar.
Hoy
nos cuestionamos sobre la función de los docentes y la influencia que ejercen
los sistemas y apoyos tecnológicos en el desarrollo de la misión educadora, este
hecho se vincula a los cambios profundos que se están produciendo en diversos
terrenos, que ponen en cuestión las propias bases de la escuela y de la
formación y práctica de maestros y profesores.
Es
necesario entonces preparar al docente para que no solo sea un transmisor de
conocimientos, sino también una herramienta de aplicación al fenómeno de los
sistemas digitales, fomentando la producción y aplicación de estrategias que le
brinden un mejor desempeño educativo y profesional en el mañana futurista al
que inevitablemente caminamos.
Desde
el preescolar, los niños manifiestan gran interés e incluso algún manejo de
elementos tecnológicos, en los grados de Jardín y Transición ya conocen todas
la partes del computador, saben cómo se enciende y hasta como buscar el icono
de juegos. Los más avanzados se aventuran y se arriesgan mucho más, como
sucedió con un estudiante del grado Transición, el cual, al dejar mi pc encendido y el correo abierto, supo cómo
insertar emoticones al mensaje que estaba digitando en ese momento.
El
niño aprende en muchas ocasiones y sin ninguna orientación el manejo de estas
herramientas tecnológicas, recae entonces la responsabilidad de padres y
maestros dar la correcta orientación sobre estos elementos que harán que
adquiera con más rapidez el acceso a la información.
La
motivación por el gusto hacia los procesos de aprendizaje, hacia la lectura y
la escritura, hacen parte fundamental de la adquisición de buenos hábitos de
estudio que se pueden adquirir desde los primeros años de estudio.
El
maestro de primaria y preescolar debe ser él mismo un ávido lector de libros. Gianni
Rodari (1987. 26)
Coincido
con esta observación de Rodari, pues un maestro que no lee, difícilmente podrá
transmitir una sensación positiva frente a algo que el mismo no le gusta.
Un
maestro que logra en sus estudiantes el hábito de la lectura, puede dar por lograda
su función como educador, pues a través de la lectura y la escritura, los niños
y niñas, incluso los pequeños del preescolar, los cuales también leen, pues
estos realizan lecturas con imágenes, se logra un mayor acercamiento al
aprendizaje y una asimilación más tangible de los conceptos educativos.
El
maestro se convierte pues en una herramienta de acercamiento a los procesos de
lectura y escritura aprendidos en la escuela, pero los cuales, el niño aplica
el resto de su vida escolar y social.
La
acción del maestro como promotor de lectura, orienta la adquisición de este proceso
donde los estudiantes desarrollarán sus propias habilidades en pos de la lectura
comprensiva y reflexiva de textos.
Cordial saludo compañera Diana:
ResponderEliminarMe surge una pregunta: ¿a qué te refieres cuando hablas de un docente como "herramienta de aplicación"?.
Además, ¿que "criterios" deben tener los docentes para ser "herramientas de aplicación" a los procesos de aprendizaje?
Además... hay que comprender más a Martha Fajardo, lograr comprender sus apuestas, ella problematiza lo que los maestros hacemos en las aulas conr especto a la lectura y a las enseñanza de la literatura... Hay que cuestionarse Nubia.
ResponderEliminarPerdón Diana.. el comentario es para Diana
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