lunes, 22 de abril de 2013

...De la Pedagogía Poética


En el video musical de “The Wall”, el cuerpo se sustrae en todas sus dimensiones pues se niega como lugar de sentimientos y emociones. El hecho de que el profesor castigue a sus alumnos dando varazos, demanda la acción de enajenar un cuerpo, los cuerpos. Se hiere “nuestra única constancia de vida que tenemos: el cuerpo” (Cuervo, p. 2). El cuerpo es tratado como el blanco de violencias y desarraigos del sentido espiritual, poético e imaginario del ser humano. Esto conduce a que se conciba el cuerpo como un “náufrago, un exilio del cuerpo” (Cuervo, p. 3).

El estudiante (ser humano como poseedor de un cuerpo), se moldea de manera totalitaria. Pues para formarlo se utiliza toda una gama de tradiciones pedagógicas opuestas a la pedagogía poética. Se forma con lo contrario de imaginación, de creatividad, pues se materializan las burlas, las negaciones de la poesía (el maestro vigila y roba un fragmento de un poema de un estudiante. En el acto es ridiculizado por él y sus demás compañeros), la educación “bancaria” como lo indica Freire, al obligar al estudiante a recordar memorísticamente todas las ecuaciones de un problema matemático.

La pedagogía poética procura un lineamiento para la los maestros. Unos lineamientos en donde como lo señala Cuero, se concibe al cuerpo como un todo. El maestro de “The Wall”, lo concibe como un dictador totalitario. Su discurso (en el aula de clases) es parecido a los discursos de los dirigentes nazis en sus discursos políticos. El maestro se alza en contra del arte pues, y por lo tanto del cuerpo, pues “la literatura deviene a la expansión de la vida y avizora almas tejidas de quienes se atreven a decir lo no dicho. Las palabras poéticas son la extensión de mi cuerpo” (Cuervo, p. 6).

El papel del maestro en “The Wall” actúa en relación con la Sociedad de la Vigilancia. Las aulas de clase y los lugares por donde transitan los estudiantes, nos hacen recordar las paredes lóbregas de los campos de concentración. Los estudiantes pierden sus rostros, sus identidades, pues la sociedad de la vigilancia perpetúa la uniformidad, la no variación.

Publicado por Carlos Saavedra.

3 comentarios:

  1. No había yo reflexionado sobre el asunto del poema: tiene usted razón, Carlos, los versos del niño son una amenaza al sistema, simbolizan cierta posibilidad de libertad que el profesor tuvo la suerte de encontrar a tiempo para "anular".

    Giovanny Oliveros P.

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  2. Qué lamentable Giovanny y Carlos que no tengamos que ir muy lejos para encontrar estos maestros que por "suerte" nuestros niños y jovenes se encuentran...

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  3. ¡Están por todas partes! Hay que combatirlos con el ejemplo: podemos comenzar por la locura...

    Giovanny O P.

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