lunes, 18 de marzo de 2013


 
Martha Fajardo:
“el profesor de preescolar y primaria frente a la literatura para niños: una reflexión”

Graduada en Español de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia, con especializaciones en enseñanza de la literatura, en docencia universitaria, y maestra en humanidades, Martha Fajardo, nos presenta una reflexión en torno al papel del profesor en estas etapas iniciales de la vida del niño con referencia a su inclusión en el medio lector literario.
El acompañamiento que el docente debe prestar a los niños en esta etapa inicial es indispensable para que se alcance un nivel de comprensión y adaptabilidad  que permita al niño ser letrado de manera útil y acorde a las necesidades actuales, además, asumir posiciones complementarias que alfabeticen al estudiante en nuevas tecnologías y estimulen su formación narrativa. Los niños deben ser iniciados en la lectura por medio de textos que les brinden no solo conocimientos básicos sino elementos que involucren escenarios sociales, familiares, afectivos y educativos.

Por eso nos asalta la inquietud sobre ¿cuáles son los criterios que se deben tener en cuenta al momento de seleccionar los libros que vamos a utilizar para enseñar literatura? Hay 3 funciones de los docentes que nos ayudan a identificar estos criterios:

-          La primera forma de aprendizaje es modelizante: el niño asume esta condición lectora mediante la imitación ya que dependiendo del espacio en el que se desarrolle asumirá de igual manera esta función, si se incorpora a un ambiente lector donde en la escuela, la familia o su entorno social se lee, él terminará por asumir la tarea. El docente debe recorrer libros infantiles, juveniles y compartir con lo­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­s niños esa lectura, de modo que ellos puedan rescatar lo que se acomoda a su vida o a su cotidianidad y de esta manera ir afianzando su capacidad narrativa.

Se puede notar que el ejercicio narrativo realizado por los niños al contar una y otra vez el mismo cuento que les ha sido leído estimula su capacidad de reformular la historia, sus situaciones, actividad más productiva que una clase común y corriente sin mayores novedades.

-          Los docentes somos promotores de lectura: nuestra mayor función es impulsar, estimular en nuestros alumnos la capacidad lectora, somos mediadores entre los niños y los libros. Debemos enseñar a leer antes de leer como tal, pues los niños deben recibir este ejemplo para que luego lo realicen de igual manera. El docente está en la obligación de ubicar cual es el escenario, la historieta, el tema, la situación o la preferencia textual de los niños para motivarlos con estas herramientas, pues si no conocen que hay libros con tanta información pues no se despertará su interés por la misma. Además se debe propiciar el ambiente adecuado para leer incluyendo el amor por la lectura y por esas personitas a las cuales estamos guiando en ese camino tan bonito como es el descubrir cosas nuevas.

Sin embargo, esta labor lectora no solo es responsabilidad de los maestros, también es de los padres, se deben crear espacios donde se produzca esa triada docente – alumno – padres, luchando por un ideal que es el crear individuos lectores.

Otro punto de partida para incentivar a los niños en la búsqueda de la lectura es hacer actividades ya sea con el docente o con los padres, en la biblioteca del colegio, del barrio, de la universidad, permitir que ellos nos acompañen a librerías, stands, y hacer que se sientan participes de tomar decisiones sobre lo que desean leer. Lo importante es partir de lo que tenemos y no pensar en lo que no se tiene para lograr el objetivo de enseñar esta actividad.

-          Por último tenemos la tarea crítica: en las escuelas se encuentra la guía de lo que debe leer y estudiar el niño, es allí donde se establece que tipo de lectura le corresponde a cada curso, pero surge un interrogante - ¿qué se debe leer? ¿lo que la escuela imponga o lo que al niño le agrade? – De inmediato debe surgir la respuesta al cuestionamiento anterior, pues no todo lo que ofrece el mercado educativo es apropiado o pertinente para el desarrollo y entorno sociocultural de los niños, sino que se debe pensar en lo que al niño le gusta para tener éxito en esa experiencia y no fracasar en el intento.

Lo más importante en el proceso lector es tener en cuenta los gustos, afinidades, decisiones, inclinaciones, que el niño expresa, formar espacios para la lectura donde intervenga la escuela y la familia, como docentes tomar conciencia de nuestra responsabilidad social para con los pequeños y tomar decisiones que beneficien primeramente a los niños.
 

 

 

 


Imágenes tomadas de carmenelenamedina.wordpress.com 

El libro que he tomado para comentar a la luz de las pautas que se deben tener en cuenta para elegir los textos para niños es “Preescolar Lecto – escritura”, creo que cumple con los criterios señalados por la profesora Martha Fajardo, ya que maneja una parte experimental que despierta en los niños la curiosidad por saber que “escriben”, posee imágenes llamativas que sitúan a los niños en el contexto de la actividad que se está realizando. Se incentiva no solo la escritura sino también la lectura de las imágenes utilizadas para trabajar.
 
Por Nubia Johana Cifuentes.


 
 
 

2 comentarios:

  1. Hola Nubia:

    En la conclusión de tu análisis, refieres que lo más importante a la hora de eligir qué deben leer los niños, es las preferencias que ellos tienen.O como dices "los gustos, afinidades, decisiones, inclinaciones". Pero considero que es preciso complementarte ya que estos niños también necesitan lo que Fajardo reconoce: un maestro "promotor", un "vendedor de historias" (Fajardo, 2008, p. 5). Así que si bien el maestro toma en cuenta los intereses de los niños, también imparte una guía basada en criterios sólidos (como los expuestos por Fajardo), para recomendar lecturas y relatos.

    ResponderEliminar