sábado, 30 de marzo de 2013

Criterios para la Selección de Textos Literarios por Carlos Saavedra


Criterios para la Selección de Textos Literarios: desde la Mirada de Martha Fajardo

Si bien Martha Fajardo establece tres pilares básicos como criterios de selección de textos escolares (modelación, promoción y crítica), estoy seguro de que estos tres pilares están muy relacionados entre sí. Por ejemplo, el que el maestro deba tener pasión por la lectura y que sea ávido al leer, es algo que se modela se promociona y se critica.

De manera que existen elementos que nos deben ser comunes a todos los maestros que deseamos poseer buenos criterios a la hora de seleccionar textos literarios para los niños. A continuación expongo algunos de ellos.

·         Para los niños los juguetes son parte esencial de su contexto, por eso los libros deben ser libros-juguetes.

·         El profesor es un “modelo”. Es decir que con su modo de hablar y abordar el tema de los libros se puede percibir que ama la lectura, la promociona y por su parte, los niños se sienten “tentados” a leer por elección propia y no por imposición. En palabras de Fajardo: “A leer se enseña leyendo”. (Fajardo, 2008, p. 5).

·         El maestro es un analista de opiniones. Es decir que hace un esfuerzo por descubrir cuál es el tema, historia o relato que prefiere cada niño. Esto se hace pertinente pues como afirma Fajardo “Muchas veces los niños no saben que existen libros que tratan temas que a ellos les interesan” (Fajardo, 2008, p. 6). Una vez lograda esa tarea, el maestro sugiere libros pertinentes a cada niño.

·         El trabajo del maestro crece pues no solo debe circunscribirse al trabajo del aula, sino además desarrollar criterios de selección de textos con los padres. Este trabajo representa dos obstáculos: el primero, radica en que muchos padres no gustan de leer, no son modeladores de historias. Y el segundo, consiste en que algunos no tienen criterios apropiados para seleccionar libros y por eso adquieren los libros del mercado actual a sus niños. De ahí que el maestro deba hacer algo similar tanto con  los niños como con los padres.

·         Pero trabajar tanto con padres como con niños tiene el mismo objetivo: lograr que los niños lean por placer y no por obligación.

·         Otro asunto tiene que ver con el acompañamiento que hace el maestro con sus alumnos a las bibliotecas. Si los alumnos no conocen que ante ellos existe un mundo de libros que pueden gustar de ellos, muy posiblemente no adquieran esta costumbre.

·         En este punto considero que Martha Fajardo moviliza uno de los puntos más importantes de todos estos criterios, pues aborda la temática de la literatura comercial (moda). Fajardo, con un ejemplo claro de los criterios que deben tener los maestros, habla del fenómeno Harry Potter. No solo fue la publicación de una serie de libros sino también, la comercialización de juguetes, videojuegos, películas, afiches, carteles, bebidas y accesorios de toda una historia. De esta manera se comercializa con la literatura. Pero como la misma Fajardo afirma, este tipo de literatura puede ser “efímera” (Fajardo, 2008, p. 9). Pienso que en los afanes para que los niños lean, muchos maestros cometen el error de recurrir a este tipo de literatura, sin detenerse a pensar en los criterios ya expuestos. Por eso es importante analizar con detenimiento los libros de literatura a seleccionar.

 

De acuerdo a lo expuesto por Fajardo, analizaré un libro de texto de enseñanza de la lengua castellana dirigido a niños de tercer grado de primaria. El libro se titula “Madrigal”.

En las lecturas del libro las que más existen son del tipo literario (43), en contraste con otras lecturas (expositivas, funcionales, e  icónicas).  Los textos literarios vienen clasificados por categorías: trabalenguas, refrán, adivinanza, copla, canción, poesía, mito, leyenda, fábula, cuento, relato y obra teatral. Pero si revisamos de cerca y con detenimiento cada uno de estos textos nos damos cuenta de que no cumple con los criterios apropiados de los que explica Fajardo.

Por ejemplo, en totalidad este texto posee ocho (8) cuentos. Entre estos cuentos no figuran cuentos “enriquecedores, sugestivos”, sino cuentos un tanto “limitados y simplificados” (Fajardo, 2008, p. 2). De uno de estos cuentos, “una pulguita lista”, se dice que es una “adaptación” de un cuento uruguayo.

Publicado por Carlos Saavedra.

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